Una de las cosas que más me gusta de la escuela donde me formé como actriz, son los valores que me inculcaron en relación con la profesión actoral. A pesar de la exigencia, había un profundo respeto al arte de la actuación. Recuerdo una frase de un profesor, cuando estábamos en primero, que nos dijo algo como “Si no estás en nada, si no sales con una acción o para algo, no salgas a escena”.
Esta frase, que puede parecer algo confusa, me parece muy importante tenerla en cuenta. Habla de la preparación que tenemos que hacer antes de ponernos delante de una cámara o subir a un escenario. Enriquecer al personaje, integrar las circunstancias previas, conocer dónde estoy o a dónde entro, son cimientos básicos pero que no se nos deben olvidar una vez estemos trabajando como actores.
Este respeto y amor hacia la profesión me enseñó a tomarme en serio los personajes a los que interpreto. Me enseñó a seguir investigando, profundizando en ellos, a llevar una cierta disciplina y a entender que mi cuerpo y mis emociones son mi herramienta de trabajo.
Por ello debemos cuidar nuestro cuerpo, tomarnos en serio su salud, nuestro cuidado, las horas de sueño, el ejercicio… son detalles que luego marcan la diferencia. No estoy hablando de una cosa de estética, me refiero a un cuerpo que esté preparado para muchas horas de rodaje, para largos ensayos o dos horas seguidas de función. En definitiva un cuerpo en buena forma física. Además del cuerpo, la salud mental es clave para poder dedicarte a esto sin sufrir constantemente, si quieres saber máspincha aquí en el artículo de la importancia de la salud mental si eres actor/ actriz
En mi opinión la profesión actoral es un trabajo de gente generosa, no todos lo somos, o no siempre sabemos cómo serlo. Pero para ser buenos intérpretes debemos ser generosos. Entregar nuestra imaginación, nuestras emociones, nuestro cuerpo a un personaje y a un público. Es un trabajo de generosidad, porque nos exponemos. Da igual el método que uses, aunque no conectes con nada personal, el vehículo por el que transita el personaje eres tú, y las emociones son las tuyas, aunque las generes con la imaginación. De hecho a nivel cognitivo, tu cerebro no sabe distinguir entre realidad y ficción, por lo que él siente que lo que estás viviendo es real, por mucho que estés utilizando tu imaginación y a nivel consciente sepas que lo que sucede no es cierto. Por ello si has tomado la decisión de querer dedicarte a esto, es importante que te lo tomes en serio, y que sepas respetar el trabajo y prepararte física y psicológicamente.
Es cierto que es complicado en los tiempos que corren, cuando se le está dando prioridad a otras cosas como las redes sociales, la estética, los seguidores, ser imagen de marcas… en algunos casos se está perdiendo el verdadero sentido de la profesión. Es una profesión tan dura, en muchos casos, que si la base no es sólida, si solo quieres dedicarte a esto para salir en Netflix y que te paguen por subir fotos a instagram, no vas a aguantar mucho. La motivación tiene que ser tan grande que después de muchos rechazos, después de momentos duros, sigas con ganas de continuar.
¿Te has preguntado por qué quieres ser actor o actriz? ¿Hace cuánto no te lo preguntas? Quizás ahora haya cambiado tu respuesta. Tómate el tiempo de preguntártelo de verdad, de ser sincero contigo. Ahí encontrarás tu base, la fuerza que te ayude a seguir, o de cambiar cosas de tu camino actoral.
¿Qué tipo de actor o actriz quieres ser? ¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión? ¿Cuáles son tus prioridades?
Es importante que te hagas todas esas preguntas. Te propongo que las escribas, y que dentro de unos meses o un año, vuelvas a hacerlas, y así a lo largo de los años verás como vas cambiando y evolucionando.
Quizás haya algunas que no cambien, y sean tu base más sólida y otras que sí lo hagan, porque tú también vas cambiando y tus motivaciones y deseos van cambiando contigo.